Vivimos en la era de los contenidos audiovisuales, siendo este formato el que ha dominado el consumo de información y entretenimiento desde hace años. Esto se debe, por un lado, a que conecta con el espectador de un modo casi hipnótico, ya que exige muy poco de quien lo ve. Por otro, gracias a la apuesta que todas las redes sociales han hecho en el formato vídeo, audio o streaming porque consiguen mayor retención de audiencia que los textos o imágenes. Y, por último, a la explosión de la oferta audiovisual bajo demanda a través de plataformas digitales. 

Todo ello ha propiciado que las marcas necesiten, más que nunca, el formato audiovisual para transmitir sus mensajes y conectar con la audiencia. Ya sea a través de atractivos spots, innovadoras campañas de branded content o mediante publicación de vídeos en sus redes sociales y medios propios. 

Entre las ventajas que tienen los contenidos audiovisuales destacamos que aumentan el engagement, ya que tienden a generar más interacciones y comentarios que otros tipos de contenido. Y que con ellos se pueden explicar conceptos complejos de manera más clara, lo que ayuda a los consumidores a comprender mejor la propuesta de valor de la marca.